Los pacientes con fibrilación auricular que han sufrido un episodio isquémico transitorio (AIT) o un ictus tienen un mayor riesgo de sufrir nuevos acontecimientos cerebrovasculares. Los tratamientos destinados a prevenir nuevos accidentes cerebrovasculares se denominan terapias de prevención secundaria.
NICE (1)
La evidencia ha demostrado que en casos de fibrilación auricular no reumática, la anticoagulación reduce el riesgo de ictus posterior. En términos absolutos, se evitan 90 eventos vasculares, principalmente ictus, si se trata a 1.000 pacientes con anticoagulación durante un año. El INR objetivo es de 2,0-3,0.
El tratamiento anticoagulante no debe iniciarse hasta que las imágenes cerebrales hayan excluido una hemorragia y hayan transcurrido 14 días desde el inicio de un ictus isquémico (2).
La aspirina es segura pero menos eficaz y sólo debe utilizarse cuando la anticoagulación esté contraindicada. La aspirina evita 40 episodios vasculares al año por cada 1.000 pacientes tratados.
Referencias:
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