La causa más común de hipertiroidismo durante el embarazo es la enfermedad de Graves
Las mujeres embarazadas con hipertiroidismo deben ser tratadas por un especialista hospitalario.
Los fármacos antitiroideos son el tratamiento de elección durante el embarazo, pero el régimen de "bloqueo y reemplazo" está contraindicado.
En Norteamérica se prefiere el propiltiouracilo, ya que se excreta menos en la leche materna y el carbimazol puede estar asociado a la aplasia cutis.
Debe utilizarse la menor dosis posible de antitiroideos debido al riesgo de hipotiroidismo fetal - carbimazol 5-10 mg/día; propiltiouracilo 50-100 mg/día. Generalmente, el tratamiento se retira 4 semanas antes del parto, tras lo cual pueden reanudarse las dosis normales.
A menudo, el hipertiroidismo debido a la enfermedad de Graves mejora espontáneamente durante el embarazo, por lo que puede ser necesaria una dosis menor de fármaco antitiroideo.
El yodo radiactivo está contraindicado y debe evitarse el embarazo durante al menos los 4 meses siguientes a la recepción del I-131.
Una revisión sistemática ha afirmado (1)
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