Las úlceras gástricas y duodenales benignas se clasifican mejor juntas como úlceras pépticas aunque su etiología sea diferente.
En ambos tipos de úlcera es la pepsina ácida la que causa el daño a la mucosa. Las úlceras duodenales son las más frecuentes.
El examen endoscópico y la toma de muestras microbiológicas del tracto gastrointestinal superior revelan a menudo la presencia de Helicobacter pylori (antes conocido como Campylobacter pylori).
La ulceración implica la penetración de la muscularis mucosae y, por lo tanto, difiere de la erosión, en la que sólo se altera la superficie de la mucosa. Las lesiones varían de un milímetro a varios centímetros de diámetro.
Referencia
National Institute for Health and Care Excellence. Enfermedad por reflujo gastroesofágico y dispepsia en adultos: investigación y manejo. Septiembre de 2019 [publicación en internet].
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