Las crisis epilépticas son episodios durante los cuales se produce una alteración de la función cerebral, que puede manifestarse como una anomalía de la actividad motora, del comportamiento, de la sensibilidad, de la conciencia o de la función autonómica.
El término se utiliza a menudo como sinónimo de epilepsia; sin embargo, tiene una etiología más diversa y el clínico debe abstenerse de diagnosticar una primera crisis como epilepsia.
Si se trata de una primera crisis (1):
- el diagnóstico diferencial de una primera crisis es amplio
- requiere un asesoramiento individual sobre el riesgo de recurrencia, los pros y los contras del tratamiento farmacológico y el impacto sobre el estilo de vida
- si es provocada por una alteración cerebral aguda, es poco probable que se repita (3-10%), mientras que una primera crisis no provocada tiene un riesgo de recurrencia del 30-50% en los dos años siguientes
- en muchos casos, las personas que se presentan por primera vez con una crisis convulsiva han tenido anteriormente crisis no reconocidas
- una crisis convulsiva sólo puede diagnosticarse por la historia clínica, pero las investigaciones deben incluir rápidamente una electroencefalografía y, por lo general, una resonancia magnética
- en la mayoría de los casos, tras el asesoramiento, los pacientes no optan por el tratamiento con fármacos antiepilépticos después de una primera crisis
- Restricciones a la conducción: en el Reino Unido no se permite la conducción no comercial durante los 12 meses posteriores a una crisis no provocada.
Referencia:
- Pohlmann-Eden B et al. La primera crisis y su tratamiento en adultos y niños. BMJ 2006; 332:339-42.