El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un síndrome conductual heterogéneo caracterizado por los síntomas básicos de:
- hiperactividad
- impulsividad
- falta de atención
- aunque estos síntomas tienden a agruparse, algunas personas son predominantemente hiperactivas e impulsivas, mientras que otras son principalmente desatentas
- actualmente se utilizan dos criterios diagnósticos principales
- la Clasificación Internacional de Trastornos Mentales y del Comportamiento 10ª revisión (CIE-10) y el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales 5ª edición (DSM-5)
- ambos sistemas exigen que los síntomas estén presentes en varios contextos, como la escuela/el trabajo, la vida doméstica y las actividades de ocio
- los síntomas deben ser evidentes en los primeros años de vida, aunque sólo sea retrospectivamente; para la CIE-10, a los 7 años y para el DSM-5, a los 12 años
- el TDAH puede persistir en la vida adulta
- las tasas de prevalencia de la CIE-10 (que identifica el trastorno hipercinético) son del 1 al 2% en la infancia. Con los criterios anteriores, menos estrictos, del DSM-IV, las tasas de prevalencia en la infancia eran del 3 al 9% y pueden aumentar con los nuevos criterios del DSM-5.
- las causas del TDAH no se conocen del todo, pero hay una serie de factores de riesgo asociados al trastorno
- los factores genéticos pueden influir, y los miembros de la familia se ven afectados con frecuencia
- el diagnóstico de TDAH en familiares mayores, como los padres, puede haber pasado desapercibido y debe tenerse en cuenta
- tanto la CIE-10 como el DSM-5 requieren la presencia de un deterioro funcional debido a los síntomas del TDAH, y que los síntomas afecten negativamente al funcionamiento psicológico, social y/o educativo/ocupacional
- el impacto del TDAH puede variar considerablemente en cuanto a su gravedad, que se juzga mejor teniendo en cuenta el nivel de deterioro, la omnipresencia y el contexto familiar y social
- en algunas personas, los síntomas pueden limitarse a determinados entornos y causar un deterioro mínimo en un número limitado de ámbitos (por ejemplo, la capacidad para completar las tareas escolares y laborales, evitar peligros comunes y establecer relaciones interpersonales positivas)
- en otras personas, múltiples áreas sintomáticas (hiperactividad, falta de atención e impulsividad) están presentes en múltiples entornos, y esto causa un deterioro significativo en múltiples dominios
- los síntomas y el impacto también pueden cambiar con el tiempo. Para algunas personas, los síntomas y el deterioro pueden reducirse mediante modificaciones del entorno, como un plan de estudios modificado o la elección de un empleo.
- los síntomas del TDAH pueden solaparse con los de otros trastornos relacionados
- en los niños, los trastornos coexistentes más frecuentes son los del estado de ánimo, la conducta, el aprendizaje, el control motor, el lenguaje y la comunicación, y los trastornos de ansiedad; en los adultos, los trastornos de la personalidad, el trastorno bipolar, el trastorno obsesivo-compulsivo y el abuso de sustancias.
El tratamiento farmacológico de los niños y jóvenes con TDAH siempre debe formar parte de un plan de tratamiento integral que incluya asesoramiento e intervenciones psicológicas, conductuales y educativas (1). La medicación para el TDAH sólo debe prescribirse tras el asesoramiento de expertos:
- cuando se haya tomado la decisión de tratar con fármacos a niños o jóvenes con TDAH, los profesionales sanitarios:
- debe ofrecerse metilfenidato (de acción corta o prolongada) como tratamiento farmacológico de primera línea a los niños mayores de 5 años y a los jóvenes con TDAH
- considerar el cambio a lisdexanfetamina en niños a partir de 5 años y jóvenes que hayan probado metilfenidato durante 6 semanas a una dosis adecuada y no hayan obtenido suficientes beneficios en términos de reducción de los síntomas del TDAH y del deterioro asociado
- la dexanfetamina debe considerarse para niños mayores de 5 años y jóvenes cuyos síntomas de TDAH responden a la lisdexanfetamina, pero que no pueden tolerar el perfil de efectos más prolongado
- debe ofrecerse atomoxetina o guanfacina a los niños mayores de 5 años y a los jóvenes si:
- no toleran el metilfenidato o la lisdexanfetamina o
- sus síntomas no han respondido a ensayos separados de 6 semanas de lisdexanfetamina y metilfenidato, tras haber considerado preparaciones alternativas y dosis adecuadas.
El tratamiento farmacológico de los adultos con TDAH siempre debe formar parte de un programa de tratamiento integral que aborde las necesidades psicológicas, conductuales y educativas o laborales.
- tras la decisión de iniciar un tratamiento farmacológico en adultos con TDAH, la lisdexanfetamina o el metilfenidato son opciones como tratamiento farmacológico de primera línea
Una revisión sistemática (2) encontró
- pruebas de muy baja certeza de que el metilfenidato de liberación prolongada, en comparación con el placebo, mejoró los síntomas del TDAH (efectos de pequeños a moderados) medidos en escalas de calificación informadas por los participantes, los investigadores y los pares, como los familiares
- el metilfenidato no tuvo efecto sobre los "días perdidos en el trabajo" o los efectos adversos graves, el efecto sobre la calidad de vida fue pequeño y aumentó el riesgo de varios
efectos adversos
Referencia: