Los fármacos antidepresivos modifican los niveles de neurotransmisores monoaminérgicos en el cerebro. El núcleo del rafe, en el tronco encefálico, contiene los cuerpos celulares de estas neuronas serotoninérgicas y noradrenérgicas que inervan amplias zonas del cerebro. Se cree que en la depresión disminuyen los niveles sinápticos de monoaminas, sobre todo de serotonina.
Las principales clases de antidepresivos son:
- antidepresivos tricíclicos
- inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
- antidepresivos noradrenérgicos y serotoninérgicos específicos
Los inhibidores de la monoaminooxidasa A ya no se utilizan de forma rutinaria.
El litio se utiliza en el trastorno afectivo bipolar y en casos de depresión resistente.
Fármacos antidepresivos en la depresión leve:
- los ensayos controlados aleatorizados (ECA) indican que para muchos pacientes hay poca diferencia clínicamente importante entre los antidepresivos y el placebo, y que la respuesta al placebo es mayor en la depresión leve
- no se recomiendan los antidepresivos para el tratamiento inicial de la depresión leve, porque la relación riesgo-beneficio es escasa
- depresión subumbral leve o persistente
- no utilice antidepresivos de forma rutinaria para tratar los síntomas depresivos persistentes por debajo del umbral o la depresión leve porque la relación riesgo-beneficio es mala, pero considérelos en personas con:
- antecedentes de depresión moderada o grave o
- presentación inicial de síntomas depresivos subumbrales que han estado presentes durante un largo periodo (normalmente al menos 2 años) o
- síntomas depresivos subumbrales o depresión leve que persisten tras otras intervenciones
- no utilice antidepresivos de forma rutinaria para tratar síntomas depresivos subumbrales o depresión leve en pacientes con un problema crónico de salud física (porque la relación riesgo-beneficio es pobre), pero considerarlos para pacientes con:
- antecedentes de depresión moderada o grave o
- depresión leve que complica la atención del problema de salud física o
- presentación inicial de síntomas depresivos subumbrales que han estado presentes durante un largo periodo (normalmente al menos 2 años) o
- síntomas depresivos subumbrales o depresión leve que persisten tras otras intervenciones
Fármacos antidepresivos en la depresión moderada o grave
- en la depresión moderada o grave hay más pruebas de la eficacia de los antidepresivos que en la depresión leve
- para la atención rutinaria, un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina es el fármaco de primera elección, porque los ISRS son tan eficaces como los antidepresivos tricíclicos y es menos probable que se interrumpan debido a los efectos secundarios
- debe llevarse a cabo de forma rutinaria un seguimiento cuidadoso de los síntomas, los efectos secundarios y el riesgo de suicidio (sobre todo en menores de 30 años), especialmente al iniciar la medicación antidepresiva
- depresión moderada o grave
- para las personas con depresión moderada o grave, combinar medicación antidepresiva y una intervención psicológica de alta intensidad (TCC o terapia interpersonal [TIP])
- cuando se vaya a prescribir un antidepresivo a un paciente con depresión y un problema crónico de salud física, tener en cuenta lo siguiente
- la presencia de trastornos de salud física adicionales
- los efectos secundarios de los antidepresivos, que pueden repercutir en la enfermedad física subyacente (en particular, los ISRS pueden provocar o exacerbar la hiponatremia, especialmente en las personas mayores)
- que todavía no hay pruebas que apoyen el uso de antidepresivos específicos para pacientes con problemas de salud físicos crónicos concretos
- interacciones con otros medicamentos
Para una orientación más detallada, consulte la guía completa actualizada del NICE (2).
Referencia:
- NICE (abril de 2007). Manejo de la depresión en atención primaria y secundaria.
- NICE (abril de 2018). Depresión
- Anderson IM et al (2000). Directrices basadas en la evidencia para el tratamiento de los trastornos depresivos con antidepresivos: una revisión de las directrices de 1993 de la Asociación Británica de Psicofarmacología. J Psychopharmacol;14: 3-20.